La Sociedad en Chile Austral antes de la Colonización Alemana 1645-1850 es el título de la última obra que entrega el padre Gabriel Guarda OSB. Uno de los primeros asertos del autor, después de enfocar el tema desde los más variados ángulos, es que la colonización alemana "dista mucho de ser producto del cálculo técnico y meditado de los economistas del momento, de la visión tantas veces idealizada de los políticos y jefes de estado".
Después de examinar la abrumadora cantidad de datos que Gabriel Guarda nos presenta en este nuevo libro, el lector se persuade de que no hay observación que no sea el resultado de un meditado análisis y que. Por tanto, la recién enunciada es la más exacta verdad. Nada hay más tentador, en realidad, que arreglar ulteriormente el decurso de los sucesos, sobre si su último resultado es exitoso. Todos tratan de apropiárselo como idea inicial suya, en razón inversa a la actitud que hubiese generado su fracaso. "Verdadera gesta del espíritu, afirma el autor, ninguno de sus artífices primarios tuvo en ella una menor recompensa lucrativa... Más lejos aún, vista en sus detalles mis íntimos, se tiene la impresión de ser ni más ni menos que un arrebato entusiasmado de un pequeño grupo de jóvenes, producto, después de todo, de una enorme improvisación”.
Publicada por la Editorial Andrés Bello, con el auspicio del Banco Osorno y La Unión, con sus 566 páginas, 16 cuadros estadísticos, un glosario con 129 voces técnicas, una bibliografía con dos mil 238 títulos y 60 láminas. La primera impresión que sugiere tan denso estudio es, por decir lo menos, de respeto.
La obra se presenta dividida en dos partes. La mis extensa la constituye el corpus biográfico-genealógico de mil 935 sujetos llegados a Valdivia, Osorno. La Unión. Río Bueno, San José de la Mariquina y otros núcleos menores de la zona, entre 1645 y 1850. El elenco sólo incluye los medios sociales superiores de aquellas ciudades, puesto que, como lo observa Guarda, es sólo en ellos donde el inmigrante germano trabará contactos matrimoniales, culturales y económicos.
Los sujetos incluidos en este corpus son los oficiales militares, desde subteniente arriba, los civiles tratados honoríficamente con el don, en los documentos de la época, en fin, todos los eclesiásticos, por la incidencia que su presencia debió tener en el tono cultural del lugar. Su ordenación no es onomástica sino cronológica; es decir, aparece como una gran obra de teatro, en que los actores van entrando a su oportuno tiempo a la escena. Detallados índices permiten orientarse en tan vasto conglomerado de sujetos, la mayoría con preciosos datos biográficos, fechas de nacimiento, matrimonio y defunción, descripción de sus bienes, disposición de ellos en testamentos y particiones, en fin, datos de innegable utilidad para otras disciplinas, como auténticas fichas médicas, descripciones físicas y, entre líneas, espirituales y morales.
Esta voluminosa sección va precedida de una introducción, en la cual se procesa el ingente material disperso que acabamos de reseñar.
Es aquí donde radica el mayor mérito de la obra, no solo por los novedosos datos ofrecidos sino por el abrumador trabajo que ha debido darse su autor.
En efecto, no se le escapa sector alguno del quehacer de aquella sociedad, tendencias individuales y de grupos, prejuicios, usos y costumbres, que no sean objeto de su perspicaz observación. Las afirmaciones basadas en tan sólida metodología producen en el lector el efecto de verdades incontrovertibles.
Abundan las novedades. Conviene detenerse en una de ellas. En todo Chile, el status económico de los altos medios sociales estuvo respaldado durante el período español por cierto patrimonio estable, continuado, que lo proporcionó, ya la tenencia de la tierra o, mientras las hubo, las encomiendas de indios, en primera, segunda y hasta tercera "vidas". En Valdivia, por los acuerdos pactados en 1645, los naturales no podían ser encomendados, pues permanecían "en cabeza de Su Majestad". Por otra parte, por respeto a la independencia de los mismos indios, los vecinos españoles no pudieron, hasta 1740, adquirir sus tierras ni recibir del gobernador o del monarca merced de ellas. Toda la estabilidad económica del grupo descansó, pues, en los generosos sueldos militares, pero, en la eventualidad de una muerte prematura del padre de familia, esta abundancia de recursos se tornaba súbitamente en miseria. Por ello, la aludida estabilidad social fue, consecuentemente, muy precaria. "No es un extraño que familias de altos principios —observa Guarda— al cabo de un par de generaciones vean su posteridad fundida en las capas mis bajas de la sociedad... Será característico —hecha excepción de los clanes más conspicuos— el súbito tránsito de una situación asegurada a la más precaria indigencia. Tal hecho determinara una gran movilidad dentro de los cuadros sociales... Por decirlo de alguna manera, la curva ascensional de algunas familias en dicho cuadro, y su vertiginoso descenso, se repite constantemente".
Otra observación importante: la jerarquía, dentro de las fuerzas militares del continente, del Batallón Fijo de Valdivia, el primero en el país en contar con cadetes a los pocos anos de su creación, en 1722, en la península. Los datos suministrados son. Una vez más, abrumadores, pero sobre todo explican el papel ulterior de la región.
Efectivamente, queda explicada en sus raíces la vocación monárquica, con Chiloé. De aquella provincia cuyas fuerzas militares constituyeron la base del Ejército Real durante la lucha de la independencia. Las consecuencias de tal actitud, luego de la acción del Ejército Libertador y de Lord Cochrane, resultaron fatales para Valdivia y, por ende, para el grupo dirigente, por completo comprometido con la causa del rey. Luego de la incorporación, en 1820. De los territorios valdivianos a la república, se aplicó un auténtico castigo por parte del Gobierno central. "La clase superior —advierte Guarda— no sólo percibe signos tan evidentes como su ruina y perdida de influencias sino, lo que es peor, la pérdida del papel protagónico que tenía el lugar no sólo dentro de Chile, sino del continente. Suspendida definitivamente la afluencia de altos funcionarios reales, ingenieros y oficiales militares —agrega—, baja el tono general del grupo, sin esperanza de recuperación. El lugar se convierte en una provincia más dentro de otras y, curiosamente. La independencia trae consigo la perdida, precisamente, de la 'independencia'".
A decir verdad, sorprende sobremanera la calidad del grupo objeto de este estudio, sobre todo porque, fuera de referencias monográficas esporádicas, no se habla hecho jamás un análisis de conjunto como el presente. A la luz de esta investigación se nos revela que durante el período virreinal figuran activos en el lugar 44 sujetos pertenecientes a las órdenes militares y un total de 75 familias con miembros en estos institutos, en Unto que circulan 12 títulos de Castilla y 71 familias emparentadas con tales dignidades. Se advierte la existencia de apreciables fortuna» económicas, entre ellas la de Agüero, a fines del XVIII, probablemente la octava de Chile.
Todo esto sufre un descalabro. También único en Chile, a raíz de los citados sucesos de la independencia donde, a los saqueos producidos como efecto de la guerra, se unen factores como el caos político y los terremotos de 1835 y 1837, que echan por tierra valiosos edificios públicos e iglesias de piedra construidas a alto costo durante el régimen monárquico.
Respecto de la anarquía, es elocuente el siguiente dato: en los 10 años que median entre la torna de Valdivia por Cochrane y el advenimiento de Portales al poder, "se suceden dieciocho cambios en el mando de la provincia, siendo cuatro veces regida por juntas surgidas de tumultos políticos o por la multiforme Asamblea Provincial. Dentro de este mismo lapso, independientemente de la agitación cotidiana, cinco revoluciones, dos de ellas — la de 1827— abortadas y otra, la de 1821, con un saldo de quince muertos". El autor agrega más datos: la baja de las recaudaciones a un tercio de las obtenidas durante el régimen español, la reducción de las escuelas de 14 a cuatro, la liquidación de la industria, comercio y agricultura y la fuga generalizada de las familias de alto rango, muchas de las cuales se trasladan a Lima, "donde las condiciones de vida recuerdan en algún grado las disfrutadas durante el periodo anterior".
En realidad, sólo a la luz de estos antecedentes se entiende el cuadro de decadencia que encuentran los alemanes al arribar en 1850, época en que, no obstante todo lo anterior, subsisten aún sujetos de distinción. Se observa cómo los alemanes contraen con ellos toda clase de vínculos y. en los medios más selectos, incluso matrimonios. El autor indica que su registro revela 294 casos de apellidos alemanes unidos a la sucesión de las antiguas familias del lugar. Deja entrever la diferencia existente entre los alemanes llegados a Valdivia y Osorno respecto de los radicados en la nueva colonia de Llanquihue y, para sorpresa de muchos, recalca la presencia de elementos germánicos de la alta burguesía y aun de la nobleza titulada de aquel imperio, en las primeras ciudades.
Concluimos citando dos Acertadas observaciones; "Con el tiempo, los alemanes pasan a ser los herederos directos de la antigua sociedad virreinal. Sea por matrimonio, sea por adquisición, los descendientes de los colonizadores de 1850 se transformarían en legítimos herederos de los antiguos repobladores de 1645.., ellos pasarían a constituir la sociedad tradicional de Valdivia Osorno y demás ciudades citadas y guardando tas proporciones puede aplicarse a ellos lo que a los vascos en el Santiago del siglo XVIII. en relación a la aristocracia de la conquista..., absorbida con todas sus glorías y reemplazada por los llegados a última hora, fundiéndose muchos de sus descendientes, por pérdida de fortuna u otras razones, en el estrato popular .” Y la otra, a propósito de la decadencia de 1820 y la rivalidad con la capital: "En un principio, su rnayoritarío sentimiento monárquico encuentra sucesivamente en el federalismo, en los del estanco, y en el partido llamado 'pelucón', un cauce adecuado a sus ideales. Andando el tiempo, empero, en la medida en que el odiado Gobierno central detenía una línea de corte conservador, por reacción, toma incremento la postura contraria, esto es, liberal... y con el tiempo se dará la paradoja de que los descendientes de los más intransigentes monárquicos de ayer pasen mañana a engrosar las filas de los partidos más revolucionarios”.
La obra que comentamos es capital para entender fenómenos actuales, en que ciertas medidas de Índole administrativa suelen hacer tabla rasa del antecedente histórico. La regionalización, por ejemplo, ha afectado profundamente a ciudades de tanta significación como Valdivia y Osorno, a cuya "casta empresarial" alude nuestro autor: "Estos grupos, inexistentes en lugares en que no se dieron las circunstancias largamente analizadas, explican el ulterior auge da ambas provincias, son fruto de un largo decantamiento en el tiempo y, evidentemente, imposibles de improvisar".