Marc Ferro[2]
Agradezco la amable presentación, de unos y otros, y quisiera decirle a cada uno de uds. que estoy muy contento de hablarles sobré este problema del fin del comunismo y del fin, igualmente del Imperio Soviético. Decir que estoy muy contento de ninguna manera expresa de mi parte posición ideológica alguna, porque quiero mucho a Rusia, al mundo soviético, que he visitado en numerosas ocasiones trabajos; es un pueblo muy cautivante, muy cultivado, con el que he mantenido relaciones muy estrechas. En mi propósito de comprenderlo está el propósito de un historiador, y hoy me encuentro ante la dificultad de exponer en un lapso tan corto dos problemas complejos: el fin del comunismo y el fin del imperio.
¿Cómo empezar? Tal vez recordándoles, por si Uds. lo han olvidado, que en 1929 el cineasta Friedrich Ermler hizo una película titulada "El hombre que perdió, la memoria"; ésta trata de un soldado ruso qué, habiendo sido herido por un obus durante la guerra de 1914-1918, fue internado en un hospital. Diez años después, en 1927, volvió en si, al fin curado de ese terrible traumatismo y volvió a su ciudad, que ya no se llamaba San Petersburgo ni Petrogrado sino Leningrado; y ya de regreso decía: "es extraordinario, son las mismas personas pero todo ha cambiado".
Hoy día es lo mismo: vayan a la Unión Soviética y encontrarán en el poder y en las calles a las mismas personas, pero todo ha cambiado. Lo curioso es que el subtítulo de esta película de 1929 es 'Los vestigios del imperio'. Se trataba, por supuesto, del imperio zarista, que había desaparecido con la constitución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
La segunda imagen que me viene a la memoria al abordar el segundo aspecto de mi problema consiste en pensar que los pueblos de la Unión Soviética han conocido una suerte de sismo, y uds. saben lo que pasa durante un sismo: la tierra tiembla -allá fue la sociedad la que tembló- y se abren amplias fisuras. Después de cierto tiempo, con nuevos movimientos, la tierra puede volverse a cerrar y las fisuras desaparecen. Algo parecido pasa en la Unión Soviética, donde las fisuras son las fronteras entre las diferentes repúblicas, que se han convertido en independientes -veremos cómo y por qué- y estas fisuras se están
cerrando de nuevo; hoy casi sé podría decir que las repúblicas de la antigua Unión Soviética se reagrupan, no todas, por supuesto, pero casi todas. En este proceso hay dos fenómenos verdaderamente interesantes pero no fáciles de analizar.
Para explicitar el problema del comunismo estoy obligado a dar marcha atrás -no les voy a contar la historia de Rusia, por supuesto-, a ubicarme un momento en 1917, para alejar de nuestras cabezas algunas ideas falsas, que hemos conocido desde hace cincuenta, años, sobre la Revolución de Octubre, sobre Lenin, Stalin,Trotsky, etc.
Es necesario entonces, antes de comenzar, que consagre uno o dos minutos a "arrancar estos dientes malos", estas falsas ideas, pues si no lo hago, lo que expondré luego será menos comprensible.
La primera idea falsa, toda una leyenda, consiste en creer que el régimen soviético se convirtió en un régimen tiránico, autoritario (por entonces no se decía totalitario), con la llegada de Stalin al poder. Es falso.
Los caracteres fundamentales del régimen soviético existían desde 1917, desde octubre del 17, y uds. verán que aún antes. Ya había entonces campos de reclusión, se sentía ya el "peso de las ruedas" del partido único, en fin, existían características del régimen actual -más bien del de la época de Gorbachov- desde 1917, 18, 19, 20. Fueron los trostkistas los que difundieron la idea de que el régimen había cambiado de naturaleza con el estalinismo.
Lo nuevo en la época estalinista lo constituyen dos fenómenos: el primero es que el terror político se ejerció, no solamente contra los no bolcheviques, lo que ya se había hecho (se había eliminado a los anarquistas, a los socialistas revolucionarios, a los mencheviques, a los liberales; todos fusilados o emigrados), sino que también el terror se extendió a los miembros del partido bolchevique. Esto es lo nuevo.
Y la segunda diferencia del régimen estalinista, en relación con el régimen leninista o trotskista, es que el terror, que hasta entonces era un terror individual 6 de grupo social, mucho más limitado se convirtió en terror de masas.
Esta es la primera leyenda a superar- ha completa continuidad del régimen leninista al régimen estalinista y al régimen de Andropov.
La segunda leyenda que guardamos en nuestras memorias es la idea de que el régimen debe su origen al Partido Comunista, a los bolcheviques y solamente a los bolcheviques. Esta es una leyenda difícil de arrancar, de destruir, porque hay tal literatura comunista y anticomunista -que de cierta forma, unos y otros, han "bolchevizado" la historia.
Cuando los campesinos incendiaban aldeas enteras o destruían la propiedad de los terratenientes, no tenían idea de quiénes eran los bolcheviques, ni el bolchevismo, ni el marxismo, ni Marx, ni nadie. Y los mismos bolcheviques no podían decir que no eran ellos los que instigaban esa violencia campesina, porque si eso hubieran hecho su legitimidad en la dirección del país no hubiera sido reconocida; se hubiera dicho: y bueno, si Uds. no controlan, entonces ¿por qué gobiernan.?
En otras palabras, la bolchevización de la historia nos hizo creer que los bolcheviques estaban a la base de todo lo que vimos a partir de 1917. Es falso. Y quien también dijo que era falso, desde julio de 1917 y con mucho humor, fue Stalin cuando expresó: el gobierno provisional -es decir, Kerensky- nos acusa, a nosotros los bolcheviques, de haber desorganizado el ejército, rebelado el campo, dirigido las huelgas, desorganizado el país; verdaderamente señor Kerensky, es demasiado honor; nosotros no somos más que 24.000 y realmente no somos nosotros quienes hemos hecho eso; todo eso es el resultado del descontento que existe desde hace décadas.
Podemos retomar la fórmula y decir que atribuir el origen del régimen denominado leninista, del denominado estalinista, en Síntesis, lo que podríamos llamar globalmente el régimen soviético, solamente a los comunistas, es demasiado honor. El terror en los campos, corno lo he expresado, comenzó sin los bolcheviques.
El régimen mismo se constituyó a partir de dos fuerzas que entonces se conjugaron: una fuerza de arriba, que era el Partido Bolchevique por supuesto, y otra de abajo, adonde les soviets -que llamaremos los comités- se constituían por doquier: en las ciudades, en el campo, en las calles, en las universidades, en los hospitales; y estos comités no eran bolcheviques ni antibolcheviques, eran comités que administraban las empresas unos, otros los hospitales o las universidades. El injerto de estos comités en el partido que organizó la insurrección, el Partido Bolchevique, fue lo que dio nacimiento al régimen soviético.
Es decir que la responsabilidad, de crímenes y de reformas a la vez, porque se dieron los dos, no debe ser atribuida solamente a los bolcheviques y solo a ellos. Y esta es una verdad muy difícil de avanzar. Esta es mi segunda leyenda.
Mi tercera leyenda consiste en creer que el régimen soviético era un régimen totalitario porque había un partido único; es decir, se identifica la existencia de un solo partido con un régimen totalitario. El argumento no es bueno en Ciencias Políticas y en él caso de Rusia es totalmente falso.
El verdadero problema no es que haya habido un solo partido en el poder, el verdadero problema es que los partidos políticos, digo los partidos, los mencheviques y los bolcheviques, pero también la SR (socialistas revolucionarios), querían controlar a las otras instituciones, es decir, a los sindicatos, a los comités de fábrica, a las ligas de mujeres, a las ligas nacionales, y esta voluntad y capacidad de los partidos para controlar a las otras instituciones fue lo que creó el totalitarismo, porque en una segunda etapa un partido expulsará a los otros. Luego, el partido controló a las instituciones, a las otras instituciones sociales, y esto es lo que crea la especificidad, la particularidad del régimen soviético; no fue que hubiera varios partidos que se convirtieron en uno sólo, fue que los partidos destruyeron a las otras instituciones y luego un solo partido triunfó sobre los otros.
Estos son los tres primeros puntos que quería presentarles antes de comenzar un camino hacia adelante, que será una descripción global de las características del régimen comunista, en la Unión Soviética naturalmente, y luego de esta descripción uds. verán que finalmente se comprende cómo una situación histórica se revertió totalmente.
¿Cómo definir el régimen soviético, es decir, de 1917 a 1985? La primera característica del régimen soviético es la bolchetvización de la sociedad. La bolchevización expresa que, poco a poco, la sociedad adoptó las ideas de los bolcheviques, o las ideas leninistas, o las ideas leno-marxistas, las ideas leno-estaliistas, etc.
Este proceso se realizó de diferentes maneras: la primera, cronológicamente, fue la bokhevización democrática; es decir que los ciudadanos rusos, en 1917, 18, 19, juzgaban que en el análisis de los fenómenos sociales, en la práctica política, eran los bolcheviques los que tenían la razón. Y les daban la razón a los bolcheviques frente a los otros, o le daban la razón al partido frente a los sindicatos. Esta bolchevización democrática se tradujo en la victoria de los bolcheviques en numerosas elecciones de los soviets o comités, en Moscú y sobre todo en Leningrado, pero igualmente en todas las provincias.
Uds. saben que en las elecciones de la Asamblea Constituyente los bolcheviques no eran mayoría, es cierto. Pero la elección de la Asamblea Constituyente era una e lección en medio de cincuenta otras. Globalmente, lo que podemos decir es que durante la primera fase de la revolución, los bolcheviques tuvieron una ventaja democrática sobre sus adversarios y rivales.
Pero la bolchevización no se hizo solamente de manera democrática; posteriormente se avanzó de diferentes maneras y la segunda consistió en desarrollarse como contagio democrático. Como los bolcheviques eran "empujados por el viento" puesto que ganaban numerosas elecciones, las pequeñas organizaciones que estaban a su alrededor se les acercaron: los mencheviques de izquierda, los "martov", los "siervos de izquierda", etc.; diríamos que los grupúsculos se injertaron en el Partido Bolchevique que los anexó, pero fueron ellos los que lo pidieron. Esto lo podemos llamar contagio revolucionario.
La bolchevización ganó terreno, pero todavía era democrática. Y llegó a ser abuso democrático el día en que una ciudad, digamos en Kazán o en Yitomar o en una ciudad cualquiera, los bolcheviques constituyeron el 55% del Buró contra el 45% compuesto por anarquistas, liberales, "cadetes", o lo que uds. quieran. Y ese 55% votó por la expulsión de los otros y los sacaron, y luego llamaron al ejército. Este es un abuso democrático, porque después no habrá más elecciones; y de cierta manera, la bolchevización produjo, lentamente, una mayoría absoluta y autoritaria.
Cuando lograron la totalidad del Buró la bolchevización se hizo violenta; en los Buró, en aquellos en los que los bolcheviques no eran mayoría, utilizaron al ejército o la rebelión popular y finalmente ejecutaron, mataron, expulsaron, encerraron o enviaron al Goulag a sus adversarios.
Estás son las fases de la boichevización, que concluyen hacia 1930; ya en estos años ninguna persona se atrevía a llamarse algo que no fuera bolchevique; algunos se llamaban sin partido, pero llamarse sin partido era convertirse en sospechoso y por eso todo el mundo adhirió al Partido Bolchevique, para estar a favor de la corriente. Como veremos, poco a poco la idea de una oposición aparecerá como absurda.
Los bolcheviques ganaron gracias a su estrategia política; sus victorias fascinaron al mundo entero, los partidos comunistas se constituyeron por todo lado; parecía que eran los que tenían siempre la razón. Era evidente que si los dirigentes comunistas eran gente que históricamente había tenido razón, los que pretendan hacer una análisis histórico diferente aparecían como locos, orgullosos, y pronto fueron enviados al asilo. Este es el origen de los años para los opositores políticos. Y es que era necesario ser un loco para creer que se podía tener una opinión más justa que la de los que ganaron la historias ganaron la victoria.
Esta es la primera característica del régimen soviético, la bolchevización, que concluyó en 1930.
La segunda característica del régimen soviético es algo particular que podríamos llamar la burocratización. Pero ésta no quiere decir que el país se cubrió de burócratas, que habían demasiados funcionarios en oficinas escribiendo a máquina, no. En la época zarista ya había muchos burócratas.
La burocratización no es la importancia de la administración, es un cierto modo de funcionamiento de las instituciones. Para que Uds. comprendan que es lo que denomino burocratización les voy a ofrecer el primer ejemplo de funcionamiento burocrático en la Unión Soviética y luego veremos que se generalizó. Este primer ejemplo tuvo lugar antes de la Revolución de Octubre, en plena revolución de febrero -el 27 de febrero- cuando se reunieron los soviets de Petrogrado, es decir, la fuerza que hizo la revolución de 1917.
¿Y quiénes integraban los soviets de Petrogrado? Los representantes de los obreros, de los soldados, de la ciudad, es decir, de, la población, pero representada por categoría social; hablan sido electos por su participación en la revolución de febrero y se les conocía como el Buró Provisional de la revolución o del soviet. Estas reuniones se realizaron en medio de una gran efervescencia pues era la revolución de febrero, los cinco días de la revolución, y eran los conductores de estas jornadas -que se conocían, que no se conocían, anónimos- los que se instalaron en los Buró.
Ahora bien, supongamos que en un determinado buró hablan 15 o 20 personas entre las cuales un menchevique, un sindicalista, un socialista revolucionario, tal vez un anarquista y también gente que no se sabía quiénes eran; y entonces uno se identificó diciendo: soy médico, y otro, soy abogado, pues no todos tenían, una etiqueta en la espalda con su partido político. Y también que en ese momento uno de los miembros del Buró tornó la palabra y dijo: "estamos ya aquí y eso está muy bien, pero no hay representante del partido socialdemócrata letón, tampoco del partido socialdemócrata georgiano, ni de los sindicatos. Piensan Uds. que no hace falta que estén en nuestro Buró aquellos que encarnan la revolución, es decir, más socialdemócratas de diferentes repúblicas y también los sindicalistas, etc. Les pedimos su opinión". Y naturalmente se respondió: sí, es justo, ¡Bravo! "Sí, Uds. hicieron la revolución hoy, ayer, anteayer, pero es necesario que este Buró de la revolución sea representativos". Luego se votó la propuesta y se aprobó integrar representantes de más organizaciones.
Indudablemente es una decisión democrática; es democráticamente que decidieron, todos, que al Buró debía integrarse un representante del partido socialdemócrata letón y luego un representante de los sindicatos. Esto es la democracia, pero, ¿quién va a designar al representante del Partido socialdemócrata letón? El Partido socialdemócrata letón. Ya no serán los miembros de este Buró. ¿Quién va a designar al representante de los sindicatos? El Buró de los sindicatos, ya no serán los miembros de este Buró. En otras palabras, poco a poco este Buró se verá, de alguna manera, reemplazado por personas nombradas por otros a partir de otras propuestas democráticas. Esta es la burocratización.
50 años después, es decir, hace diez años, el fenómeno es general; es decir que en cualquier institución Uds. encontrarán representantes que han sido designados por otras instituciones. Por ejemplo, en un hospital, Uds. encontrarán en la dirección del Buró del hospital al administrador -está muy bien-, al representante de los médicos muy bien-, al representante del personal sanitario -está muy bien-, al representante de los sindicatos esta muy bien-, al representante de la ciudad, que debe saber que acontece en este hospital -está muy bien-, al representante de las mujeres en el hospital -está muy bien-, pero también al representante de las madres de familia que van a dar a luz en este hospital de la ciudad -está muy bien-, y al cabo de un tiempo en este Buró la mayoría ya no corresponde a los que dirigen ese hospital, a los que están dentro de¡ hospital. Este es el fenómeno burocrático.
Pero este fenómeno burocrático no existe solamente en la Unión Soviética, en Francia lo conocemos bien. Entre paréntesis, en el CNRS (Centro Nacional de Investigación Científica), una institución muy conocida, en la Comisión de Historia, que conozco bien porque soy parte de ella, están los representantes de los historiadores y también el representante de las bibliotecas, de los archivos, de¡ Ministerio, del sindicato... Los historiadores somos minoría en la Comisión de Historia. Luego, no se puede tomar decisión alguna, estamos paralizados.
Este fenómeno de la burocratización es la segunda característica del régimen soviético, al punto que Chernienko, que fue el último secretario general del Partido Comunista antes de Gorbachov, hace unos diez años dijo algo que me dio pistas: que había demasiada democracia en la Unión Soviética. Mientras los análisis de los especialistas de Occidente señalaban que por entonces la Unión Soviética estaba en pleno totalitarismo, él, Chernienko, decía: "Hay demasiada democracia en nuestro país" ¿Y qué es lo que quería decir? Que había en cada institución demasiada representación seudodemocrática de demasiadas instituciones, lo que en su criterio dañaba la disciplina y no permitía hacer más nada. No es que no hacían más nada, era que las fuerzas del Buró se neutralizaban, lo que paralizaba en cierta medida la acción del régimen.
La tercera característica del régimen soviético se desprende de1 hecho de que el partido vencedor, el partido bolchevique, que se llama ahora Partido Comunista, por medio de un decreto de 1919 fue declarado institución dirigente. Es decir, la ley decidió que entre las diversas instituciones del país el partido comunista tenía prioridad. En otras palabras, si se pertenecía al partido bolchevique pero también se era sindicalista, en un conflicto entre el sindicato y el partido se debía olvidar que se era sindicalista, pues era el partido el que debía ganar.
La cuarta característica es la plebeyización, del poder, que señala el proceso en el que la gente de pueblo, poco a poco, tomó el poder. ¿Y cómo es que tomaron el poder? Expresé antes que la Revolución de octubre nació de la conjunción de dos fuerzas: arriba, el Partido Bolchevique y sus militantes -24.000, lo que no era mucho- y abajo, todos los soviets o comités. ¿Y quiénes eran los miembros de esos comités? Eran los habitantes de un barrio que en el momento de la revolución de febrero, de la caída del zar, estuvieron dispuestos a organizar el barrio, a ocupar los apartamentos vacíos, a encargarse del aprovisionamiento; hoy les llamaríamos activistas, activistas sociales. Algunas veces actuaron un poco rápido, y no respetaban la ley zarista: si detectaban un apartamento vacío y sabían de la familia de un soldado que había muerto, que tenía niños y no tenía apartamento, metían a la familia en el apartamento vacío, lo que no era legal. Este comité de barrio es un ejemplo, pero habían comités de aprovisionamiento, de ayuda a las mujeres, de todo lo que Uds. quieran.
Los miembros de esos comités sabían muy bien que si la revolución fracasaba serían fusilados y por ello adhirieron al bolchevismo. No eran bolcheviques, jamás habían leído a Marx, ni a Lenin ni a nadie; eran empleados, obreros, curas, sindicalistas, en fin, gente que durante la revolución había tratado de ser útil; y sabían que si la revolución no triunfaba ellos desaparecerían.
Entonces se injertaron en el Partido Bolchevique y se hicieron más bolcheviques que los bolcheviques sin ser bolcheviques, y de cierta manera, llevaron consigo el sentimiento popular al partido. Esta gente se convirtió en uno de los, elementos del poder real, en las ciudades, en el campo, un poco por todo lado.
Intentemos ver, después de esta constatación, cómo se organiza el poder. La gente de que les hablaba pronto será conocida como los "aparachick", palabra que no existía antes. Tenemos entonces abajo a los aparachick y arriba a los dirigentes del partido, que eran todos intelectuales, gente acomodada, burgueses, nobles, aristócratas, todos habían estudiado, menos uno tal vez.
Los dirigentes del Partido Bolchevique no eran hombres de pueblo. No es mi intención molestar a alguno pero podría agregar que incluso nunca habían trabajado. Se trataba un poco de estudiantes que se quedaron preparando la revolución toda su vida y a quienes sus padres les enviaban becas, que iban a Ginebra, a París, a la Biblioteca Nacional. ¿Ven lo que quiero decir? Digamos que estos dirigentes bolcheviques constituían una inteligentsia, una juventud un poco dorada. La correspondencia de Lenin es muy interesante desde este punto de vista; cada vez que le escribía a su madre era para solicitarle dinero o alguna otra cosa, y su padre era un alto funcionario; Trotsky era un gran propietario, su padre fue terrateniente; Kolontay era de la alta nobleza, etc., etc. Eran gente que hoy llamaríamos de la "crema y natal; frecuentemente tenían hermanos en el Estado, corno funcionar los, como jefes de policía, etc.
Abajo estaban los aparathick, gente de pueblo, que vestían chaquetas de cuero, que los rusos percibían como groseros, violentos, querían actuar, destrozaban todo, no eran cultivados, ni sabían leer ni escribir. Y como no sabían gran cosa de la gestión estatal, los bolcheviques consideraron que no se les podía confiar tareas importantes y entonces retomaron a los viejos funcionarios del zar, es decir, a gente qué poco a poco llegó a ser jefe del ministerio, diplomáticos, oficiales, en fin, todos aquellos que tenían una verdadera cultura.
Entonces, el poder se compone ya de tres elementos: abajo, los aparachick, en medio los especialistas -tanto el médico militar como el médico simple, el profesor, los maestros y todo ese mundo- y los dirigentes bolcheviques arriba. Uno, dos, tres.
Solamente que conforme pasó el tiempo los aparachick subieron de grado y expulsaron a los especialistas; decían que los especialistas eran traidores, que los profesores continuaban identificados con el antiguo régimen, que los médicos hacían una medicina burguesa, etc. Los desprestigiaron. En realidad ellos querían los puestos y lograron expulsarlos. Esta burguesía emigró rápidamente, por temor a ser ejecutada.
Mientras tanto, en la cima, los' dirigentes luchaban entre ellos: Lenin contra Trotsky, Rikov contra Stalin, etc.; se mataban entre sí y al final quedó nadie; solamente Molotov sobrevivió hasta 1945; los otros murieron, excepto Stalin, quien ganó matando a los otros.
De esta manera llegaron a la cabeza del poder los aparachick y el ejemplo tipo de estos aparachick fue Krustchev, que era un campesino que subió de grado y que un buen día tomó el poder pero que continuó siendo un hombre no cultivado ¿Lo recuerdan Uds., en la ONU, cuando protestó golpeando con su zapato, lo que molestó a todo el mundo? Se dijo entonces que era una vergüenza para la Rusia soviética tener un dirigente como ese. De cierta manera, él encarnaba a los aparachick que habían subido al poder, y Chernienko también era uno de ellos, e igualmente otros.
Les he presentado las cuatro características del régimen soviético y ahora, si Uds. lo desean, veremos corno poco a poco todo va a revertirse para desembocar en el fin del comunismo.
Es evidente que lo que caracteriza el régimen de los años 30, 40, 50, 60, es el terror, terror que es desplegado desde arriba por la gente de abajo que había subido, que eran de origen campesino; y la gente de origen campesino, en general, cuando no tiene educación universitaria u otra, conserva ideas que no admiten simultáneamente dos medidas, es una u otra. Los campesinos en Francia están por la cacería o contra la cacería, ellos no están a medias. La cultura campesina no es una cultura de matices jurídicos.
En otras palabras, la violencia era entonces desatada por gente que había conocido la violencia contra ellos, cuando eran niños, o por sus padres, cuando eran mujiks (campesinos rusos). La violencia de los años cincuenta fue tan fuerte corno la violencia de los años treinta, y tal vez mayor. Era un gobierno de la violencia y la gente estaba paralizada y no se atrevía a enfrentarse al poder, porque irían a un asilo o al Goulag.
El régimen estaba incómodo, porque constataba que la sociedad se hacía amorfa, había perdido iniciativa. Ciertamente la guerra había ofrecido a todo el mundo la oportunidad de actuar, pero cuando la guerra terminó el régimen se quedó sin aliento, sin energía. Antes lo tenía, porque la gente subía en la escala social, iban del campo a la sociedad, eran miembros de un país que se tornaba poderoso, pero entonces se terminó; un poco como un "soufflé" en la cocina, que se baja.
Y el régimen buscó ofrecer a la sociedad un poco de activismo y para ello empleó diferentes métodos; daré un solo ejemplo y luego lo generalizaré corno en el caso de la burocratización y Uds. comprenderán qué pasó; es casi divertido, casi cómico.
No me creerán lo que les voy a decir, pero les aseguro que es cierto. El gobierno decidió darle un poco de libertad a los sindicatos. ¿Por qué a los sindicatos? Porque los sindicatos estaban particularmente desprestigiados, ya que por estar controlados por el partido no podían defender a los obreros. Ser sindicalista era ser traidor y este traidor estaba en el Ministerio de Economía, y ese traidor explicaba a los obreros que era necesario trabajar más y que más adelante estarían mejor. Eso estaba bien en 1920, 25, 30, pero en los cuarenta se acabó y en los cincuenta ya ni se hablaba de ello. Cuando alguien era sindicalista, todo el mundo se reía de él, un poco como hace diez años, cuando se veía a un militar, con sus medallas, todos los jóvenes se reían.
El régimen quiso darle un poco de acción a los sindicatos por representar la institución más deshonrada. Les dijo: les vamos a dar un poquito de autonomía, un poquito de libertad, un poquito de algo. ¿Qué? Uds. van a administrar, a organizar, las incapacidades por enfermedad de los rusos. Perciben Uds. lo que significaba que al sindicalismo, que al inicio del siglo era una rama del movimiento obrero, que pensaba reorganizar la vida de las sociedades en el siglo XIX, XX, que tenía una gran actividad en Francia, en Inglaterra, en Estados Unidos, un poco por todo el mundo, pero que en Rusia estaba asfixiado, se le proponía administrar las incapacidades por enfermedad. ¡Escándalo! Pero ellos aceptaron y administraron las incapacidades, lo que no ponía en riesgo a Stalin. Y los sindicatos sabrán servirse de la administración de las incapacidades.
En primer lugar, desde el momento en que son los únicos administradores de las incapacidades, son los médicos del sindicato los que van a decidir quién está enfermo y quién no. Y esto comienza a ser interesante, porque decidir quién está enfermo y por ello que tiene derecho a una incapacidad, es algo cuya importancia Uds. comprenderán. Los sindicatos desarrollaron toda una clientela en un país inmenso, compuesta por quienes obtenían las incapacidades. Y por supuesto, los que administraban las incapacidades debían también administrar los hoteles, en Crimea, en el Caúcaso, y después en Turkestán y después por todo lado y así llegaron a administrar dos tercios de los hoteles de Rusia. También los sindicatos llegaron a administrar los autobuses y los trenes que transportaban a los enfermos, y después también los cultivos, las cosechas, la alimentación, el aprovisionamiento de los hoteles que nutrían a los enfermos. Poco a poco, esta concesión de poder a los sindicatos en la administración de las incapacidades constituyó una superficie que se extendió y se extendió, pero que no amenazaba al poder político. Y esto es algo que los historiadores, los sociólogos, les científicos políticos, no vieron, porque los historiadores, sociólogos y científicos políticos viven fascinados por el análisis de los problemas políticos; no vieron el alcance social, significativo, que tenía la asunción de la administración de las incapacidades por parte de los sindicatos.
La administración de las incapacidades por parte de los sindicatos, insisto expresamente, es una pequeña zona que va a escapársele al poder. No es una zona contra el poder, es una zona que escapa al poder. Diría que era como una pequeña mancha de aceite en el mar; no se le puede disolver, se mantiene, siempre está en algún lado, flota. Lo que es necesario comprender es que no hubo una mancha de aceite, ni una decena, sino cincuentenas. Por ejemplo, los deportistas, ellos hacen lo que quieren; vean las cantidades de controles que evaden. Se dice que la Unión Soviética no existe ya, que Rusia está muerta, que el régimen es esto, que la inflación aquello, y los deportistas siguen ahí. Los bailarines, el Bolshoi, el teatro, las actividades culturales, el cine, están siempre ahí. Son lo que denomino zonas de autonomía en el interior del sistema.
Entonces, al interior del sistema totalitario habían 'zonas francas', pero que no amenazaban al poder, y es porque no amenazaban el poder que en Occidente no se les quería ver. Poco a poco estas zonas crecieron y mientras estas zonas crecían los años pasaban y la gente se instruía en las universidades, en los colegios, etc., y la joven sociedad soviética se convertía en la sociedad más instruida del mundo. En 1979 había 35 millones de doctores en la Unión Soviética, doctores en ciencias, en filosofía, en medicina, en todo lo que Uds. quieran, pero en todo caso 35 millones es mucho. En 1985 el 55% del Comité Central estaba constituido por doctores, que eran los hijos de los aparachick de los que les hablé antes.
En otras palabras, en el interior del sistema no solo habían zonas de autonomía que crecían sino también había una nueva clase cultural que se estaba desarrollando, una nueva inteligencia, y que poco a poco, también ella subió al poder.
Les ofreceré unas cifras y me excuso por ello,- pero alguna vez es necesario hacerlo porque algunas son formidables, de golpe esclarecen todo, y estas cifras que les ofreceré les esclarecerá todo de una sola vez. En el Soviet Supremo de 1984, 85, por ahí, antes de la Perestroïka, soviet que representaba a todas las categorías sociales de Rusia y de la Unión Soviética, habla en principio 24% de obreros. Pero si observo quiénes escribían los reportes de esta Asamblea, encuentro solo un 2% de obreros; y si observo quiénes escribían los reportes del Buró, solo un 60/o de obreros. En otras palabras, los obreros, los trabajadores manuales, los koljosianos, la gente de pueblo, poco a poco fueron eliminados del poder y son estas nuevas personas de las universidades y de las zonas de autonomía las que ejercían el poder; y así asistimos a la primera reversión, la deplebeyización de la sociedad y del poder.
Fueron los mujiks que hablan subido al poder los que gobernaron hasta 1960. A partir de entonces, si observamos de cerca, veremos que ya no están los mujiks, son personas que estudiaron, un poco como los bolcheviques, pero ahora son muy numerosas. Para constatarlo, es suficiente observar tres fotografías; una de los soviets de 1917: "cuellos removibles", corbatas, burgueses; una de los soviets de 1940: en camisa, campesinos, algunas corbatas en medio, muy pocas; y una de los soviets de 1985 y de nuevo, anteojos, corbatas, jóvenes cuadros profesionales, que son lo que dirigen hoy a la Unión Soviética.
Lo que es importante comprender es que son éstos los que llevaron a Gorbachov al poder. Gorbachov, un cuadro de la nueva sociedad, es producto de una revolución desde arriba; 1917 es una revolución desde abajo. La Perestroïka es una revolución desde arriba. Son los jóvenes instruidos, desarrollados, cultivados, los estudiantes, los doctores, los cuadros, que se meten a dirigir a Rusia y que escogen a Gorbachov, por supuesto, antes que a Romanov o a algunos otros que estaban entonces, como Yelsin, que aparecía corno un brutal, no como alguien de buenas costumbres. Se escogió a Gorbachov porque se pensó que iba a desbloquear la situación y también porque encarnaba a las nuevas generaciones y, consecuentemente, se esperaba que todo iba a cambiar.
Efectivamente todo cambió, y lo que cambió -entre otros- con Gorbachov, es que él avanzó la segunda reversión. Hemos vistosa deplebeyización del poder, ahora vamos a ver la desinstitucionalización del partido. El partido dejará de ser la institución dirigente.
La primera medida de Gorbachov quedó clara cuando dijo: es necesario que el partido devuelva el poder a los soviets, a los sindicatos, a estos y a aquellos y que acepte las elecciones. Yo estuve allá durante las elecciones de 1989, que me golpearon mucho, pues aunque yo no estuve en las elecciones de 1917, por supuesto, estudié durante veinte años la Revolución de 1917 y les aseguro que conozco muy bien todo lo que pasó entonces. Existen imágenes de la Revolución del 17 en las que se ve claramente quién tomaba la palabra: soldados, mujiks, obreros -se ve por los trajes- militares, todo el mundo. En las elecciones de 1989 ¿Quiénes tomaban la palabra? Doctores, arquitectos, agrimensores, profesores; ningún obrero, jamás un conductor de tranvía, un chofer de autobus, un conductor de trenes; únicamente los que llamaríamos cuadros de la sociedad. Esto es la revolución desde arriba, la reversión interesante.
Como Uds. saben, Gorbachov decidió abolir el Artículo seis de la Constitución, es decir, al artículo que otorgaba al partido el poder sobre las otras instituciones. Y Gorbachov, que se mantenía en el partido, no era favorable al multipartidismo, pero fue el que democratizó, abrió las prisiones, liberó, etc.
Hemos ya visto dos reversiones, la deplebeyización y el fin del monopolio del partido. Nos quedan dos por revisar, pero es necesario que Uds. comprendan que vamos a pasar del ritmo lento, de la lenta evolución, a una cadencia rápida, para comprender lo que pasó entre Gorbachov y Yelsin así como el significado de los dos golpes de estado.
Gorbachov era un hombre de partido, el partido lo habla nombrado y sin duda, era un hombre moderno. Esta modernidad la había manifestado de todas las maneras, compartiendo siempre con intelectuales, ¡"sacó su carroza" enseguida! Iba a Novosibirsk, que era la universidad científica de la URSS y su Primer Ministro de Economía era un profesor de esta universidad. Tenía carné de tecnócrata del mundo moderno. Como Mendés France, en Francia, que bebía leche, Gorbachov bebía agua, únicamente agua, o tal vez coca cola. Para la masa rusa que todavía permanecía no cultivada, él era algo parecido a lo que nosotros vemos en los tecnócratas, y es por eso que Yelsin bebía vodka.
Desde que Yelsin empezó a aparecer en las pantallas de televisión, bebía vodka ante las cámaras; reivindicaba que era un verdadero ruso, no un tecnócrata. Yelsin e muy demagogo, Gorbachov no, pero Gorbay ha cometido algunos errores, pero este es otro problema.
En otras palabras, enseguida que la oposición entre estos dos hombres apareció, el que encamó la modernidad tecnocrática fue Gorbachov, pero también encarnaba al partido, que simboliza el pasado. Yelsin quiere encarnar a Rusia, a los hombres fuertes, bebe de un solo trago su vodka e incluso, les aseguro, se hizo formar ebrio en el Volga para que las cámaras mostraran a un Yelsin ebrio pero siempre siendo el hombre fuerte. Y los rusos dijeron, ¡ese es un hombre! en tanto que sobre Gorbachov se preguntan, ¿qué es lo que va a hablar con Mitterand en Francia? Viaja, se pasea. Desde el inicio Gorbachov no era muy popular, y Uds. me preguntarán ¿por qué no era popular si les ha dado la libertad a los rusos? Es verdad, dio la libertad, si, pero teóricamente, técnicamente.
He intentado que Uds. comprendan algo que casi nadie se atreve a decir, y es que Rusia era ya un poco libre antes de Gorbachov. Ya habían hermosas piezas de teatro libre, ya habla una televisión casi libre -por supuesto que oficialmente no, pero en la realidad sí-y por eso los rusos no tienen el sentimiento de que Gorbachov les haya dado la libertad. Tienen, más bien, el sentimiento de que fueron ellos los que llevaron a Gorbachov al poder, lo que no es de manera alguna lo mismo.
En otras palabras, los rusos no le reconocen a Gorbachov lo que nosotros si le reconocíamos, nosotros, que teníamos ideas falsas sobre la sociedad soviética. Gorbachov, de cierta manera, se divorció rápidamente de la población porque el pueblo le reprochaba ser un tecnócrata y de fracasar en sus reformas, y los intelectuales no le agradecieron del todo el haber oficializado la libertad, porque siempre es un poco molesto, desagradable, agradecerle a alguien que nos haya devuelto la libertad cuando no la conquistamos nosotros mismos, por las armas. Los intelectuales con los que me he reunido allá, desde hace diez años, muy raramente dicen algo bueno de Gorbachov. Los estudiantes igual, se burlaban de Gorbachov; lo aceptaban al inicio pero no después.
Y sobre todo, cuando Gorbachov liberó a Polonia, a Hungría, etc., para los rusos eso no era algo de qué vanagloriarse pues los rusos no quieren a los poloneses, ni a los húngaros, ni a ninguna de esa gente. Y devolverles la libertad no era propiamente una idea genial para la masa de la población rusa.
Lo que quiero explicarles es que todas las razones por las que, para nosotros, Gorbachov era un dios, en Rusia más bien iban un poco contra él. Pero a final de cuentas resultaba simpático, se le apreciaba. Se le apreciarla aún si sus reformas hubieran triunfado, pero fracasaron, especialmente la reforma económica.
Es entonces que todo va a resquebrajarse y desestabilizarse. Gorbachov sabía que era absolutamente necesaria una reforma económica para que cambiara la situación y el país se remodernizara. Pensó en privatizar, se plegó a la privatización, es decir, al liberalismo y fue su idea; contó a los dirigentes de¡ partido, puesto que siempre ha estado en el partido, dirigir la economía como si fueran empresarios privados; un poco como en Francia, donde las fábricas nacionalizadas son, contadas a patrones que se convertirán luego en patrones privados, con responsabilidades propias.
Les puedo asegurar que este era realmente su plan, aunque no lo he podido verificar globalmente pero sí en ciertos sectores. Sé que la Revista Histórica debía ser privatizada y designados los antiguos directores como patrones. La idea de Gorbachov descendía hasta los más pequeños detalles, como el que la Revista Histórica se privatizara.
fue como una novela cuando el país empezó a dividirse: unos estaban por estas reformas y los otros contra; pero en sus campañas electorales apasionadas los armenios, ,en lugar de decir estamos por las retornas o contra, gritaban caravac, caravac, es decir, queremos caravac, la guerra contra Azerbaidzhán.
es que en el momento en que la reforma económica iba a desembocar en la privatización, confiada a los dirigentes del partido -como les decía al inicio, son las mismas personas pero cambiadas- la cuestión nacional tomó delantera sobre la cuestión económica.
Gorbachov, después de haber aplicado las reformas políticas, quiso aplicar el llamado Tratado de la Unión, es decir, dar a las diferentes nacionalidades más libertad. Solamente que, en general, a las nacionalidades no les gusta que les den más libertad, prefieren tomar su libertad; y el resultado de este Tratado de la Unión provocaba problemas: si las repúblicas se convertían en autónomas, más autónomas, los dirigentes de la industria automotriz, del gas, del petróleo, es decir, todos esos miembros del Partido Comunista que debían convertirse en los grandes patrones de la economía privatizada, liberalizada, ya no podrían ser los patrones de la industria automotriz, porque si bien los motores se construían en Moscú las carrocerías las producía Kazaistán; el petróleo estaba en lo esencial en Turkmenistán o en otra parte; en otras palabras, para impedir este Tratado de la Unión, y privar a la reforma económica de su naturaleza, organizaron el golpe; observen que el golpe tuvo lugar el propio día del Tratado de la Unión, para impedir su firma.
Yelsin habría terminado así con este aspecto de las cosas y a partir de aquí jugará un papel cada vez más importante porque, en primer lugar, aparecía como el anti-Gorbachov y sobre todo lo criticó públicamente. En la tradición de la historia soviética no se criticaba públicamente a Chernienko, ni a Andropov, ni a Stalin por supuesto, y Yelsin criticó a Gorbachov; le dijo que sus reformas no caminaban, que era necesario ir más allá, tener más coraje, suprimir el monopolio del Partido Comunista, etc., y su crítica fue pública.
En segundo lugar, en el momento de las elecciones, Yelsin se presentó como candidato a presidente de la República de Rusia -no de la Unión Soviética- en tanto que Gorbachov no se presentó en estas elecciones porque era el jefe de todo el aparato soviético; no iba a arriesgarse en las elecciones y además ya era un poco impopular. Yelsin fue electo Presidente de Rusia, es decir, primer presidente democrático en el seno del sistema soviético. Y enseguida hizo algo único en la historia: decidió sacar a Rusia de la Unión Soviética, proclamó la soberanía de Rusia en relación con la Rusia soviética.
Reflexionen sobre lo que esto quiere decir: es corno si el gobierno de Londres, si los ingleses, hubieran decidido salirse del Commonwelth, como si De Gaulle hubiera dicho, Francia va a salirse de la Unión Francesa. Es algo increíble, no se ha evaluado aún la importancia de este gesto. En el momento en que Rusia salió de la Unión Soviética, Ucrania también lo hizo y luego Kazajstán y luego Turkmenistán, y todo el mundo se salió. ¿Por qué Yelsin hizo esto.> Porque el presidente de toda la estructura soviética era Gorbachov, y ahora Gorbachov era el presidente de una estructura vacía. En realidad, fue por expulsar a Gorbachov que Yelsin actuó as¡. Pero más allá de este propósito expreso, Yelsin logró, sin pretenderlo, una política fantástica, porque las nacionalidades estaban satisfechas de ser independientes sin haber hecho el menor esfuerzo para ello.
Y no habían hecho ningún esfuerzo porque las repúblicas eran ya autónomas; el proceso de plebeyización del er les había permitido gobernarse a sí mismas, lo que explica que no conozcamos movimientos independentistas o de liberación en estas repúblicas. El gobierno de Armenia era armenio, el de Ucrania, ucraniano y así en Turkestán y por todo lado, es decir, las repúblicas musulmanas, la repúblicas en general, eran gobernadas por ellas mismas.
No eran independientes en el sentido internacional y jurídico del término, no tenían un ejército, una bandera propia, no tenían los atributos ficticios de una soberana decorativa pero en la realidad, los armenios hacían lo que querían en Armenia, y los azeríes, y los azerbaidzhanos. La prueba es que, después del golpe, los azeríes pudieron fusilar a los armenios, tranquilos. ¿No es esto signo de libertad.? ¿No tiene que ser realmente libre un turco para matar a los armenios? Es la prueba de que hacían lo que querían. Gorbachov les telefoneó y les dijo: mataron a los armenios con golpes bajos, ¿cómo es posible? voy a enviar al ejército. ¿Y qué le respondió el secretario? El ejército, señor secretario general, es azerí; entonces enviaré la policía. También es azerí. ¿Ud. cree que los azeríes van a
dispararle a los azeríes para proteger a los armenios? En Turkmenistán la policía era turkmena y el soviet turkmeno; solamente en Kazajstán habla mitad y mitad, un 50% ruso.
Aunque estas repúblicas ya eran prácticamente autónomas no podían rechazar la independencia. Los gobernantes no podían decir que no querían ser independientes, aunque no quisieran serio totalmente porque, por un lado, de cierta forma ya se gobernaban ellos mismos y, por otro, disfrutaban de los créditos de Moscú. Moscú produce dinero, la independencia no. Un día unos martiniqueses me dijeron, hace diez años: ¿Cómo podríamos ser independientes y mantener los subsidios sociales de París? Esta es la situación de las repúblicas soviéticas; eran prácticamente autónomas y recibían los subsidios de Moscú.
Y esto es lo que les explica que desde hace seis meses, un año, las fisuras -las cisuras del sismo, como les decía al inicio- se vuelven a cerrar. Veamos algunos ejemplos: en Turkmenia, hace 15 días, se otorgó la doble nacionalidad turkmeno-rusa, ahora se puede tener las dos juntas; y han firmado un tratado con Kazajstán. Antier el presidente de Kazajstán propuso recrear una unión, no la Unión Soviética, sino una unión de las repúblicas que fueron soviéticas; solo está buscando un nombre y dice: miren a Europa, es una unión de repúblicas independientes; podríamos reunir a Rusia, a... ¿Cuáles? No a la CEI (Comunidad de Estados Independientes), pues ésta era una alianza entre Rusia, Ucrania y algunas otras repúblicas, cuyo inicio enfrentó resistencias que no duraron: Ucrania dijo, no quiero entrar y luego entró; con Armenia pasó igual y también con Georgia.
Poco poco, como les decía, los fisuras del sismo se vuelven a cerrar y la Unión Soviética, la ex, se reconstituye un poquito diferente que antes; el resultado es que Yelsin ahora dice: "ya es suficiente niños míos, será necesario obedecer", aunque no se atreve a decirlo demasiado fuerte porque para Occidente él encarna la democracia, el cambio, el radicalismo. Por eso no es Yelsin el que lo dice, es Jirinovsky, quien ya ha expresado que participaría gustoso en el gobierno de Yelsin. Yelsin no lo ha aceptado, aún, pero veremos mañana.
Por el contrario, Gaidar, que encarnaba el radicalismo liberal, expresó que si Jirinovsky llegaba al gobierno él se salía. Y les enfatizó que Galdar ya ha salido. En otras palabras, entre Jirinovsky y Yelsin, pese a las apariencias, hay menos diferencias de las que Uds. piensan y es por esto, justamente, que las repúblicas se dicen: cuidado, una segunda colonización podría comenzar. Muchas gracias.
[1] Conferencia ofrecida en la Universidad de Costa Rica el 11 de mayo de 1994. Traducción de Isabel Wing-ChingS.
[2] Historiador francés, miembro de la Comisión de Historia del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), coeditor de Les Annales, Director del Centro de Estudios Soviéticos de la Escuela Superior de Ciencias Sociales,Francia.