En: "Valdivia antes de la inmigración según Salvador Sanfuentes y Miguel Luis Amunátegui"
Fuentes del mundo que nos rodea
Autor Kurt Bauer
Publicado en 1925
pp. 7-10
Actividad desplegada por don Salvador Sanfuentes en la intendencia de Valdivia; establecimiento de correos; fundación de un colejio.—Propone a don Bernardo Philippi para que le acompañe en la visita de la provincia, indicando la conveniencia de que se le nombre injeniero de Valdivia.—Vías de comunicación.—Construcción de un hospital.—Medidas sobre instrucción pública.—Inspección personal del intendente en todos los ramos del servicio público.
Don Salvador Sanfuentes comenzó a trabajar en el fomento de la provincia colocada bajo su dirección, desde el 4 de Julio en que tomó posesión del mando.
Desde luego arbitrió los medios de poner en relación a la capital de Valdivia con las cabeceras de sus departamentos i a las de éstos entre sí por el establecimiento de correos, pues hasta entonces la conducción de la correspondencia oficial para el interior se hacía por conducto de los particulares, resultando de aquí la tardanza e inseguridad consiguientes, i procuró activar la comunicación de Valdivia con Concepción, i por lo tanto, con el resto de la República, siendo de notar que el correo entre las dos provincias citadas solía demorarse hasta un mes.
El nuevo mandatario solemnizó la celebración del 18 de Setiembre de 1845 con la fundación de un colejio que faltaba.
Era el arco triunfal mas hermoso que podía levantarse a la memoria de tan gran día.
El espíritu que animaba al señor Sanfuentes puede colejirse de la nota siguiente:
«Valdivia, noviembre 10 de 1845.
«Señor Ministro:
«Cuando me preparaba a partir de esa capital para venir a recibirme del destino que S. E. había tenido a bien encomendarme, recuerdo que hice presente la conveniencia de que se nombrase para esta provincia un injeniero que me acompañase en la visita jeneral que debía hacer de ella al principiar mis funciones, i a quien poder encargar todos los reconocimientos, levantamientos de planos, dirección de obras públicas i demás trabajos científicos que se ofreciesen en una provincia tan importante, i todavía tan poco conocida, como la de Valdivia; i U. S. entonces se sirvió
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indicarme que, conforme a lo dispuesto por el artículo 46 de la lei de arreglo del réjimen interior, podía proponer la persona que considerase a propósito para acompañarme en dicha visita en calidad de injeniero. La dificultad de hallar una persona de esta especie que quisiese venir a estos lugares, cuando en esa capital misma son tan escasas, i la ausencia de don Bernardo Philippi el único residente en Valdivia a quien pudiera proponerse para tal comisión, me hicieron suspender con alto pesar mió la solicitud que oficialmente pensaba hacer al supremo gobierno sobre la materia. Pero, habiendo legado hace pocos dias de Valparaíso el espresado don Bernardo, i puesto yo en su noticia el pensamiento que tenía de proponerle para el fin indicado, ha convenido en ello, pidiendo en recompensa de sus trabajos la asignación de cien pesos mensuales i el abono por el erario de gastos que tuviese que hacer en trasladarse a los varios puntos donde se le envíe a desompeñar servicios de su incumbencia.
«Cada día, señor Ministro, me voi persuadiendo mas de la necesidad de un empleado de tal naturaleza en esta provincia, nombrado, no por un espacio corto i determinado de tiempo sino por todo aquel que fuese necesario; i aun no vacilaría en asegurar que el público reportaría con usura el fruto de lo que en sostenerlo se invirtiese. Voi a hacer una breve reseña de los varios objetos en que sus servicios serian de la mayor importancia, fijándome solo en los que por ahora su me presentan como principales, a fin de no hacer demasiado larga esta comunicación.
«1.º El gran número de terrenos baldíos que el fisco posee en esta provincia, necesita mensuras, como también que sus respectivas calidades sean descritas para el caso de que se piense en una
colonización.
«2.º Ninguna provincia es mas desconocida hasta la fecha; i sin embargo, a la primera ojeada que se le dé, asombran los inmensos jérmenes de riqueza que encierra en sí misma. ¡Cuan útil no podría ser que un hombre científico se dedicase a esplorar i a dar a conocer los frutos que produce i son capaces de producir sus fértiles terrenos, los vastos canales de navegación que la cruzan en todas direcciones, i las vías mas fáciles de comunicación ter-
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restre, que yacen ocultas o tal vez olvidadas por el largo tiempo que no se trafican!
«3.° En un pueblo tan escaso de obras i edificios públicos como ha quedado Valdivia desde que los asoló el terremoto de 1837, en un pueblo donde puede decirse que todavía todo está por hacer, continuamente ocurre la necesidad de consultar a un hombre de conocimientos para el debido acierto; i sin embargo no se halla a quien volver los ojos, a no ser una o dos personas, a las cuales no pueden pedirse favores todos los dias, ni encargárseles trabajos que Íes roben el tiempo que necesitan para ganar su propia vida.
«4.° Para proceder con acierto en todo lo relativo a misiones i a la división administrativa mas conveniente de la provincia, que U. S. me ha encargado proponerle, es indispensable principiar por la formación de un plano detallado de ella, en que se determinen con la exactitud posible los limites que la naturaleza haya señalado a cada distrito i el actual estado de su población. Este plano no hai quien lo levante.
«Las fortalezas de este puerto, que son quizá el mas grandioso monumento que nos ha dejado la España, i cuya importancia para lo futuro no es en mi concepto bastante reconocida en el dia, están reclamando un injeniero hábil bajo cuya responsabilidad se pongan, i se encargue de evitar la completa destrucción a que ellas caminan, cuando no sea de aquellas pequeñas reparaciones que podrían asegurar a Chile la conservación de esos inespugnables baluartes.
«En caso de que el supremo gobierno pensase en la fundación de un astillero nacional, i se resolviese a aprovechar las incomparables ventajas que al efecto le está ofreciendo el puerto de Valdivia con sus inespugnables fortificaciones, su segurísima bahía i sus excelentes maderas, que brindan a la mano las vecinas cordilleras i los bosques que cubren las riberas de sus navegables rios, sería, digo, en tal caso indispensable que un injeniero se pusiese al frente de tan útil establecimiento.
«Tales son, señor ministro, las principales utilidades que, omitiendo aun el hacer mención de otras muchas, pudieran reportarse del insignificante gasto de mil doscientos pesos anuales que propongo, el cual ni aun como nuevo debería estimarse, siempre que
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a la persona que al efecto se designara, se la considerase como perteneciente al cuerpo de injenieros civiles de la república.
«Ahora voi a manifestar las razones que hablan en mi concepto a favor de la elección para este cargo de don Bernardo Philippi.
«1.° Este individuo, cuyas aptitudes son ya bastante conocidas del supremo gobierno mediante sus trabajos anteriores en las comisiones varias que ha desempeñado, tiene la ventaja de haber elejido por su residencia a Valdivia, i de poder conformarse con una gratificación que otro de iguales conocimientos talvez no aceptaría, siéndole forzoso venir a fijar su residencia en un país que por su actual estado de atraso presenta todavía tan pocos alicientes i recursos para ganar.
«2.° La afición de Philippi a las tareas que se le han de encargar, como también su amor a Chile, en especial a esta provincia, se ha acreditado ya sobradamente por los anteriores trabajos que de un modo gratuito ha desempeñado.
«3.º Por sus muchas relaciones en Alemania, país de donde por todos motivos creo que con preferencia deberían solicitarse colonos, él es uno de los sujetos mas aparentes para confiarle todo lo relativo a una empresa de esta naturaleza.
«Del mismo Philippi podría también echarse mano para fomentar el establecimiento de pepueños buques de vapor en el rio Valdivia i en el Bueno, cuya navegación según nuevas exploraciones practicadas en estos días, hai algunos fundamentos para no considerar ya como impracticable. Es incalculable lo que contribuiría al adelantamiento de toda la provincia de mi mando la realización de un proyecto semejante.
«Después de lo que dejo dicho, solo me resta suplicar a U. S. que, si mis indicaciones merecen alguna atención de parte de S. E., se sirva ajitar el pronto despacho de este asunto, a fin de que pueda llevar conmigo a don Bernardo Philippi, o bien a quien se juzgue conveniente nombrar en su lugar, a la visita jeneral de la provincia que debo practicar tan luego como hayan terminado las próximas calificaciones.
«Dios guarde a U. S.
«Salvador Sanfuentes.
«Al señor ministro del estado, departamento de lo interior.»
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«Señor Ministro:
«Cuando me preparaba a partir de esa capital para venir a recibirme del destino que S. E. había tenido a bien encomendarme, recuerdo que hice presente la conveniencia de que se nombrase para esta provincia un injeniero que me acompañase en la visita jeneral que debía hacer de ella al principiar mis funciones, i a quien poder encargar todos los reconocimientos, levantamientos de planos, dirección de obras públicas i demás trabajos científicos que se ofreciesen en una provincia tan importante, i todavía tan poco conocida, como la de Valdivia; i U. S. entonces se sirvió
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indicarme que, conforme a lo dispuesto por el artículo 46 de la lei de arreglo del réjimen interior, podía proponer la persona que considerase a propósito para acompañarme en dicha visita en calidad de injeniero. La dificultad de hallar una persona de esta especie que quisiese venir a estos lugares, cuando en esa capital misma son tan escasas, i la ausencia de don Bernardo Philippi el único residente en Valdivia a quien pudiera proponerse para tal comisión, me hicieron suspender con alto pesar mió la solicitud que oficialmente pensaba hacer al supremo gobierno sobre la materia. Pero, habiendo legado hace pocos dias de Valparaíso el espresado don Bernardo, i puesto yo en su noticia el pensamiento que tenía de proponerle para el fin indicado, ha convenido en ello, pidiendo en recompensa de sus trabajos la asignación de cien pesos mensuales i el abono por el erario de gastos que tuviese que hacer en trasladarse a los varios puntos donde se le envíe a desompeñar servicios de su incumbencia.
«Cada día, señor Ministro, me voi persuadiendo mas de la necesidad de un empleado de tal naturaleza en esta provincia, nombrado, no por un espacio corto i determinado de tiempo sino por todo aquel que fuese necesario; i aun no vacilaría en asegurar que el público reportaría con usura el fruto de lo que en sostenerlo se invirtiese. Voi a hacer una breve reseña de los varios objetos en que sus servicios serian de la mayor importancia, fijándome solo en los que por ahora su me presentan como principales, a fin de no hacer demasiado larga esta comunicación.
«1.º El gran número de terrenos baldíos que el fisco posee en esta provincia, necesita mensuras, como también que sus respectivas calidades sean descritas para el caso de que se piense en una
colonización.
«2.º Ninguna provincia es mas desconocida hasta la fecha; i sin embargo, a la primera ojeada que se le dé, asombran los inmensos jérmenes de riqueza que encierra en sí misma. ¡Cuan útil no podría ser que un hombre científico se dedicase a esplorar i a dar a conocer los frutos que produce i son capaces de producir sus fértiles terrenos, los vastos canales de navegación que la cruzan en todas direcciones, i las vías mas fáciles de comunicación ter-
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restre, que yacen ocultas o tal vez olvidadas por el largo tiempo que no se trafican!
«3.° En un pueblo tan escaso de obras i edificios públicos como ha quedado Valdivia desde que los asoló el terremoto de 1837, en un pueblo donde puede decirse que todavía todo está por hacer, continuamente ocurre la necesidad de consultar a un hombre de conocimientos para el debido acierto; i sin embargo no se halla a quien volver los ojos, a no ser una o dos personas, a las cuales no pueden pedirse favores todos los dias, ni encargárseles trabajos que Íes roben el tiempo que necesitan para ganar su propia vida.
«4.° Para proceder con acierto en todo lo relativo a misiones i a la división administrativa mas conveniente de la provincia, que U. S. me ha encargado proponerle, es indispensable principiar por la formación de un plano detallado de ella, en que se determinen con la exactitud posible los limites que la naturaleza haya señalado a cada distrito i el actual estado de su población. Este plano no hai quien lo levante.
«Las fortalezas de este puerto, que son quizá el mas grandioso monumento que nos ha dejado la España, i cuya importancia para lo futuro no es en mi concepto bastante reconocida en el dia, están reclamando un injeniero hábil bajo cuya responsabilidad se pongan, i se encargue de evitar la completa destrucción a que ellas caminan, cuando no sea de aquellas pequeñas reparaciones que podrían asegurar a Chile la conservación de esos inespugnables baluartes.
«En caso de que el supremo gobierno pensase en la fundación de un astillero nacional, i se resolviese a aprovechar las incomparables ventajas que al efecto le está ofreciendo el puerto de Valdivia con sus inespugnables fortificaciones, su segurísima bahía i sus excelentes maderas, que brindan a la mano las vecinas cordilleras i los bosques que cubren las riberas de sus navegables rios, sería, digo, en tal caso indispensable que un injeniero se pusiese al frente de tan útil establecimiento.
«Tales son, señor ministro, las principales utilidades que, omitiendo aun el hacer mención de otras muchas, pudieran reportarse del insignificante gasto de mil doscientos pesos anuales que propongo, el cual ni aun como nuevo debería estimarse, siempre que
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a la persona que al efecto se designara, se la considerase como perteneciente al cuerpo de injenieros civiles de la república.
«Ahora voi a manifestar las razones que hablan en mi concepto a favor de la elección para este cargo de don Bernardo Philippi.
«1.° Este individuo, cuyas aptitudes son ya bastante conocidas del supremo gobierno mediante sus trabajos anteriores en las comisiones varias que ha desempeñado, tiene la ventaja de haber elejido por su residencia a Valdivia, i de poder conformarse con una gratificación que otro de iguales conocimientos talvez no aceptaría, siéndole forzoso venir a fijar su residencia en un país que por su actual estado de atraso presenta todavía tan pocos alicientes i recursos para ganar.
«2.° La afición de Philippi a las tareas que se le han de encargar, como también su amor a Chile, en especial a esta provincia, se ha acreditado ya sobradamente por los anteriores trabajos que de un modo gratuito ha desempeñado.
«3.º Por sus muchas relaciones en Alemania, país de donde por todos motivos creo que con preferencia deberían solicitarse colonos, él es uno de los sujetos mas aparentes para confiarle todo lo relativo a una empresa de esta naturaleza.
«Del mismo Philippi podría también echarse mano para fomentar el establecimiento de pepueños buques de vapor en el rio Valdivia i en el Bueno, cuya navegación según nuevas exploraciones practicadas en estos días, hai algunos fundamentos para no considerar ya como impracticable. Es incalculable lo que contribuiría al adelantamiento de toda la provincia de mi mando la realización de un proyecto semejante.
«Después de lo que dejo dicho, solo me resta suplicar a U. S. que, si mis indicaciones merecen alguna atención de parte de S. E., se sirva ajitar el pronto despacho de este asunto, a fin de que pueda llevar conmigo a don Bernardo Philippi, o bien a quien se juzgue conveniente nombrar en su lugar, a la visita jeneral de la provincia que debo practicar tan luego como hayan terminado las próximas calificaciones.
«Dios guarde a U. S.
«Salvador Sanfuentes.
«Al señor ministro del estado, departamento de lo interior.»
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